POEMA 1

Los Tejos

POEMA 2

POEMA 3

POEMA 4

1 2 3 4

martes, 20 de agosto de 2024

¿Soy tu amigo?

¿Soy tu amigo?


Como puedes llamarme amigo

si no estuviste en mis malos ratos,

como hozas decirme amigo

si cuando mis enemigos me señalaron 

y amenazaron no estuviste a mi lado.

Amigo, ¿Dónde estabas cuando estuve al borde del abismo? 


Me llamas amigo, en la soledad de una compañía,

cuando ya no hay quién más supla tus carencias, 

y solo en la vejez de tus años,

eso no es amistad sino cobardía.

Sí, cobardía por no hacerte cargo

de la parte que te correspondía. 


Bien sabías que la palabra amistad

implicaba la reciprocidad de ambos.

Fuiste cobarde para aceptar tu parte de culpa

por no saber mantener la virtud de la amistad.

Y además egoísta, al dejarme de lado

por perseguir la codicia.


Por eso te digo hoy,

esta amistad ya hiede hace días.

Y ya heladas deben estar tus manos

y hasta tus dedos de agujas de escorpión

que un día pensé, no cambiarían.

lunes, 19 de agosto de 2024

Crisis de Soledad

Crisis de Soledad

Otra vez entré en crisis...
La llamo crisis de soledad
Y solo viene a mi mente una persona
La persona que me marcó la vida.

No pensé que sería tan profunda
y durante tan largo tiempo esta herida.
¿No hay tiempo que cure este amor?

En las noches me acuesto 
y viene a mi como un torbellino
Destrozando mis sentidos,
La siento en mis ojos
La escucho con mis manos.
La percibo por mi mente
La disfruto en cada recuerdo.
La veo en mis constantes relatos, que ya son tantos.

Pensé que ya era pasado y aun está en mi presente
A veces imagino hacerle  daño. 
Sin embargo, siempre termino siendo yo el afectado. 

Ya son días, meses y tanto años,
y aún no entiendo a mi cuerpo,
¿Qué hace que te extrañe tanto? 

Ya son días, meses y tanto años,
y aún no entiendo a mi mente, 
¿Qué hace que te mencione tanto?

La cordura ha robado de mi, un poco de sensatez, 
sabe que, al amanecer un nuevo día, 
ella no estará, ni yo tampoco.

La paradoja

La Paradoja

¡Qué paradójico!...

a nosotros los humanos nos falta humanidad

aunque la fragilidad de nuestros cuerpos debería recordárnoslo.


Para nosotros, la noche es una sábana más de la muerte.

Nos cobijamos sin saber si nuestros cuerpos responderán al mañana.

Bajo ella, las malas ideas se gestan sin haberlas planificado

y su lumbrera no trae alegría sino llanto.


¿Quién puede descansar bajo su manto?

Son muchos ya los muertos vivientes.

Ya no parecemos humanos, la humanidad nos ha superado. 

Aparentamos vivir como humanos mientras estamos aletargados.